Mi balcón comestible en diciembre de 2019

Esta es una entrada histórica con una foto histórica en lo que a mi balcón comestible concierne, ya que por estas fechas, otros años, hace tres meses ya que he colgado el rastrillo hasta la siguiente primavera. También en 2017 la climatología hizo posible que tuviera el huerto operativo en diciembre, pero con muchísimos menos cultivos que ahora. Una cosa más en la que 2019 ha sido un año muy diferente. Los cultivos que tenía en septiembre están ahora así de bonitos: ajos, albahaca, perejil, fresas, acelgas, salvia, tomillo, zanahorias, guisantes, espinacas, cebollas, lechugas más algunos rabanitos que sembré a finales de octubre.

Así luce mi balcón comestible a finales de Diciembre de 2019:

BALCON COMESTIBLE DICIEMBRE 2019

Mi balcón comestible en diciembre de 2019.

 

Estas fotos fueron tomadas el 16 de diciembre e incluso ahora que lo estoy escribiendo, me resulta increíble. Los cultivos han seguido adelante sin más que cubrirlos por la noche con botellas de plástico que retiraba en cuanto empezaba a darles el sol.

La foto superior izquierda corresponde a mi mini-cosecha de zanahorias. He empezado a «cogerle el truco» y aunque tengo que prestarles mucha, mucha atención, logro que prosperen. Pequeñas, sí (en macetas no crecen demasiado), pero muy, muy sabrosas 🐞

 

 

 

 

Mi balcón comestible en noviembre de 2019

Por estas fechas, otros años, ya estoy recogiendo los trastos hasta la siguiente primavera. 2019 ha sido diferente también en esto. Las temperaturas continuaron siendo más propias del verano tardío que del otoño y eso me permitió seguir sembrando y experimentando. Los cultivos que tenía en septiembre están ahora así de bonitos: ajos, albahaca, perejil, fresas, acelgas, salvia, tomillo, zanahorias, guisantes, espinacas, cebollas y lechugas.

Así luce mi balcón comestible a finales de Noviembre de 2019:

HUERTO COMESTIBLE NOVIIEMBRE

Mi balcón comestible en noviembre de 2019.

 

HUERTO OTOÑAL DE PATRICIA-2

El huerto otoñal de Patricia. Temporada 2019. 

 

Me parece increíble salir al balcón, sabiendo que estamos en noviembre, y ver tantas plantas. Y lo más increíble de todo es lo frondosas que están las albahacas en una época del año en la que, normalmente, hace cuatro o cinco meses que ya no forman parte de mi balcón comestible.

 

 

Mi balcón comestible en septiembre de 2019

Después de la debacle de finales de junio(1), mi balcón comestible quedó desértico, a excepción de unas aromáticas que pude salvar. Será por eso que este otoño me he resistido a colgar el rastrillo. Hay ajos, albahaca, perejil, fresas, acelgas, salvia, tomillo, zanahorias y nuevas siembras de guisantes, espinacas, cebollas y lechugas.

Así luce mi balcón comestible a finales de Septiembre de 2019:

HUERTO COMESTIBLE SEPTIEMBRE

 

Temporada 2019_SEP

 

Así que, aunque no lo es habitual en estas épocas, esta vez puedo despedirme con un…

¡El mes que viene más y mejor!

(1) Me refiero a la ola de calor que asoló España, varias de cuyas regiones, entre las que se encuentra la ciudad en la que vivo, registraron temperaturas de 40ºC. Mis lechugas subían a flor en masa, las tomateras tenían buena parte de sus hojas quemadas y daba igual cuánto regaras, las plantitas se bebían todo lo que echabas a velocidad supersónica.

Nota: Como siempre hago fotos y tomo notas de la evolución de mi balcón comestible, me propongo ir completando las entradas mensuales que faltan, si no todas, al menos la mayoría. Creé esta bitácora para poder seguirle el rastro de mis actividades hortelanas a lo largo del tiempo y, aunque últimamente no he tenido tiempo suficiente para llevarla al día, nunca es tarde para «reconstruir los hechos», ¿no? 😝 Esa es la razón de que en esta entrada que publico en abril de 2020, te esté mostrando fotos de siete meses atrás.

 

 

Mi balcón comestible en mayo de 2019

La cosa ha ido mejorando, climatológicamente hablando, durante el mes de mayo ¡y mi  balcón comestible se ha puesto hermoso! Tomates, pimientos, lechugasrabanitos, acelgas, judías, fresas y patatas  coexisten en perfecta armonía con cinco aromáticas: orégano, menta, albahacaromero y perejil. ¡Y ahora tengo muchas más plantitas en la barandilla del balcón!

Así luce mi balcón comestible a finales de Mayo de 2019:

 

HUERTO COMESTIBLE MAYO 1

Balconcomestible.com – Mayo 2019

En la imagen superior de la izquierda se ven mis nuevas lechuguitas y lo bien que están creciendo en sus macetas geotextiles de 3,8 litros (he comprado más porque me están funcionando realmente bien). Las anteriores las he ido cosechando por hojas y salvo un par de plantas que recibieron la visita de un grupo de pulgones (¡que se trajeron a todos sus colegas!), la cosecha ha sido bastante buena.

La imagen superior de la derecha muestra tres de mis seis fresas silvestres. Son nuevas y muy jovencitas, así que veremos qué tal se dan. La inferior de la izquierda son cuatro de mis seis plantas de perejil. En realidad, era una única planta cuando la compré. La pobre estaba superdesarrollada en un tiesto pequeño y después de una buena poda, decidí probar a ver si podía dividirlas en varias plantas. La razón es que los únicos contenedores que tenía disponibles eran esas macetas pequeñas que se ven en la foto. Lo hice con mucho cuidado, las transplanté en un día «hoja» según el calendario biodinámico y mantuve las macetas a la sombra durante diez días para que las plantitas no sufrieran mientras se aclimataban a su nueva casita y allí están, creciendo sanas 😁 . La imagen inferior derecha es una de mis habituales pruebas. Esta vez le tocó a cuatro patatas que habían germinado en el cajón de las verduras y no pensaba usar. Normalmente, suelo dárselas a mis lombrices, pero hacía unas semanas, mirando vídeos de horticultores, había visto uno sobre el cultivo de la patata en un saco/bolsa de plástico y se me encendió la lamparita. Ya publicaré un post específico sobre este experimento cuando acabe, ya que estoy tomando fotos de la evolución, cada mes. Por ahora, ahí están las patatas, tirando tallos llenos de hojitas.

Mayo_Temporada 2019 2

Balconcomestible.com – Mayo 2019

 

Ahora tengo la barandilla del balcón más ocupada. Los soportes para jardineras que uso son muy fuertes y regulables por ambos lados (el que se ajusta al ancho de la barandilla, y el que se ajusta al ancho del contenedor), y se me ocurrió que usando listones de maderas de palé a modo de estante podía aprovechar mejor el espacio. Así que compré un cuarto soporte, me hice con unas cuantas tiras de madera y ahora ocupo casi tres metros de la barandilla con cultivos. ¡Yupiiiii!

Sigo requetecontenta con los resultados de las macetas geotextiles. Qué gran invento.

¡El mes que viene más y mejor!

 

Inaugurando la temporada 2017 en mi balcón comestible.

La lechuga «Cuatro estaciones», la zanahoria morada (o forrajera), el perejil y el ajo son los encargados de dar el pistoletazo de salida en mi balcón comestible esta temporada.

img_1148

Normalmente, siembro lechuga de la variedad «Batavia» o también «Romana», pero me dejaron unas semillas ecológicas de la «Cuatro estaciones» y las sembré. Nunca la he probado (creo), así que ya comentaré qué me parece.

La zanahoria no es un cultivo que tenga mucho sentido poner en un huerto balcón, lo reconozco. Pero me encanta. Probé una vez, hace años, con una variedad de raíz muy corta y la cosecha me pareció una auténtica delicia. Lamentablemente, no he vuelto a conseguir semillas de esa variedad. Sin embargo, el año pasado, revisando catálogos de distintos productores de semillas, encontré esta llamativa zanahoria morada por fuera y blanca por dentro y no me lo pensé dos veces; las compré. Y este mes las he estrenado. Como la fecha preferente de siembra se extiende hasta mayo, sembraré dos o tres tiestos más en los próximos meses.

El perejil es una plantita de cultivo ecológico que adquirí en un herbolario allá por octubre. No solo ha sobrevivido a los fríos invernales en el exterior, sino que continuó creciendo saludable. Así que después de un buen saneamiento y una renovación de sustrato, la he pasado a un contenedor más grande.

El ajo es un intento de reciclaje total 🙂 Los últimos de una bolsa con aval de agricultura ecológica que compré hace tiempo germinaron y resultaban demasiado amargos para cocinar. ¿Qué hago con ellos?, pensé. La respuesta tardó menos de un segundo en presentarse: ¡Plantarlos, claro! Y aquí están, encargados de darle vida a dos tiestos de mi balcón comestible.

img_1149

Ajos de cultivo ecológico.

Los cinco primeros contenedores ya están en marcha. ¡Qué ilusión volver a ver verde en mi huertito!