En esta nueva entrada recojo más resultados del experimento que comencé en abril y que hasta el momento siguen siendo muy buenos. 🎉🎉🎉
En este tiesto, el más grande de todos los que tengo, puse la primera botella el 3 de mayo. Los restos de cocina que utilicé aquí estaban muy troceados y los alterné por capas, una con apenas un puñado de restos, la siguiente con un puñado de sustrato, y así hasta (casi) llenar la botella:
A continuación, trasplanté dos pepinos y un pimiento. Regué muy ligeramente ya que es un lugar sombrío (razón por la cuál el compostaje fue algo más largo) y el agua apenas se evapora. La retiré el 21 de junio. En la foto de la izquierda se puede apreciar la mejoría evidente del sustrato en la zona donde estuvo la botella. En la de la derecha, está el contenido de la misma después de 49 días:
Los restos de cocina están casi totalmente compostados y el resultado es un sustrato maravilloso que huele a bosque 😀 ¿Y sabes qué? ¡Esta vez hay 3 lombrices!
De esta botella compostadora observé dos cosas:
- Su proximidad no le ha sentado nada bien a los tres cultivos que trasplanté: 2 pepinos y un pimiento. Este último todavía sobrevive, pero las hojas están arrugadas. Los pepinos no sobrevivieron allí más que unos pocos días.
- Creo que he resuelto el misterio de las lombrices. Sabía que ellas controlaban su propio desarrollo y reproducción en relación a la disponibilidad de alimento en su entorno, pero en una lombricompostera en la que siempre estoy agregando restos de cocina no es posible comprobarlo con claridad; siempre hay alimento en uno u otro grado de descomposición y por lo tanto siempre hay lombrices. Pero en una botella el proceso tienen un inicio y tiene un fin, ya que solo pongo restos una vez. Por lo tanto, aquí se puede apreciar cómo ellas controlan su desarrollo. La razón por la que en el primer experimento no había ninguna lombriz al acabar el proceso es que la materia estaba totalmente compostada, probablemente desde hacía varios días. Ya no había alimento y por lo tanto tampoco lombrices. En este caso, aún había alimento y de él se estaban ocupando las tres lombrices supervivientes que, por cierto, son bastante gordas.
- Aunque no incluyo fotos en esta entrada (le dedicaré una específica), también retiré la botella de otro tiesto y recuperé nada menos que trece lombrices. De nuevo, el contenido de la botella estaba semi-compostado.
Quedé tan conforme con los resultados que he vuelto a repetir el proceso en el mismo sitio, usando las lombrices que sobrevivieron 😜
Seguiré informando. 🐞