En esta entrada recojo los primeros resultados del experimento que comencé en abril y ya adelanto que son muy buenos. 🎉🎉🎉
En este tiesto de autoriego puse la primera botella el 19 de abril. Los restos de cocina que utilicé estaban muy troceados y los alterné por capas, una con apenas un puñado de restos, la siguiente con un puñado de sustrato, y así hasta (casi) llenar la botella:
La mantuve regándola ligeramente con frecuencia para mantener el nivel de humedad hasta el 30 de mayo, momento en el que la retiré. En la foto de la izquierda se puede apreciar la mejoría evidente del sustrato en la zona donde estuvo la botella. En la de la derecha, está el contenido de la misma después de 41 días:
Los restos de cocina están totalmente compostados y el resultado es un sustrato maravilloso que huele a bosque 😀
De esta botella compostadora observé dos cosas:
- Su proximidad le ha sentado de maravilla a la tomatera, pero no así a las lechugas. Aunque la presencia de lombrices en la botella modifica el producto final, lo único que se me ocurre pensar es que del mismo modo que a las lechugas el compost fresco o semidescompuesto no les gusta, quizás tampoco les gusta un humus muy joven.
- ¿Dónde se han ido mis lombrices? Esperaba encontrarlas al fondo de la botella como ocurre en mi lombricompostera. Vale, quizás no a todas, pero sí a algunas. ¡Y no había ni una! Esto me sorprendió bastante 🤔
Quedé tan conforme con los resultados que he vuelto a repetir el proceso en el mismo sitio. Con lombrices nuevas, claro, ya que las otras se dieron a la fuga 😜
¡A ver qué tal se dan las cosas con esta 2º botella compostadora en el tiesto!
Seguiré informando. 🐞