¡Esto empieza a parecerse a un huerto! ¡Qué bien! Mientras el sector A comienza a lucir «verde que te quiero verde», el sector B espera pacientemente a que las siembras del semillero tengan el tamaño adecuado para trasplantarlas.
Así lucía mi balcón comestible en Marzo de 2017:

Sector A, funcionando.
Los ajos siguen viento en popa. Lo que ves protegido por botellas son guisantes (en los dos contenedores de la izquierda) y judías (en el contenedor azul de la derecha). En teoría, tanto guisantes como judías es mejor sembrarlos de asiento (directamente) ya que toleran mal el trasplante. Es lo que haría si tuviera una buena parcela de tierra. Pero cuando cultivas en un espacio tan reducido el tiempo es oro, así que me arriesgo. Hago siembras de más en semillero por si los trasplantes iniciales fallan y listo.

En el semillero, más.
En el semillero he sembrado albahaca y pimiento (las cuatro plantitas que ves, dos de cada), lechugas, tomates, calabaza y calabacín. En los dos contenedores redondos (son la base de botellas de refresco) hay manzanilla y orégano.

Sector B, en espera.
Estos son los contenedores del sector B, preparados con su mezcla de fibra de coco, humus y perlita, esperando que les llegue el turno de producir 😉
¡La cosa marcha!