Mi balcón comestible en enero de 2016.

¡Ahora sí que mi huertito urbano tiene el aspecto que debería tener en invierno!

 

 

Recogí los últimos pimientos a mediados de mes y al fin llegó el momento de quitar plantas secas, cribar y guardar el sustrato así como los contenedores más pequeños.

Aparte de las lechugas, acelgas, rúcula y orégano que se ven en las imágenes, en otra pequeña terraza cubierta tengo un semillero y plantitas de aromáticas que estoy cultivando a partir de semillas ecológicas: perejil y albahaca, principalmente. En primavera, pasarán al balcón comestible como asociación de cultivo beneficiosa.

Y ya, casi sin darnos cuenta, entramos en febrero y hay que empezar a poner nuevos semilleros y planificar la nueva temporada si aún no lo hemos hecho.

¡Estoy ansiosa por volver a empezar, ¿y tú?

 

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